¿Has ido hablar del síndrome de la mascarilla? Hoy, te queremos hablar de qué es y cómo afecta a nuestros ojos.
El uso diario de la mascarilla ha hecho que, el personal sanitario que nos ocupamos de la visión y el sistema visual, nos encontremos con más casos donde las quejas principales de nuestros pacientes giran en torno a:
- sensación de sequedad ocular
- irritación
- visión inestable
Aunque todavía no hay ningún ensayo clínico para poder darle evidencia científica, lo que si está claro es que el uso de la mascarilla puede producir alteraciones oculares sobre todo en aquellos pacientes que ya sufren de ojo seco.
¿Qué provoca en nuestros ojos el uso continuado de la mascarilla?
El funcionamiento de nuestros ojos, especialmente la córnea y la conjuntiva, es sensible a cambios de temperatura y humedad. Además, estas superficies deben estar recubiertas y “bañadas” por una película lagrimal.
Esta película lagrimal hará que con cada parpadeo, la córnea y la conjuntiva queden cubiertas por una capa uniforme de lágrima que humectará la superficie ocular, evitando una fricción no deseada y previniendo lesiones (estimamos que durante el día parpadeamos, de media, 14.000 veces).
A través de la respiración, dentro de la mascarilla se produce un flujo de aire caliente en dirección a nuestros ojos que altera la temperatura y la humedad de la película lagrimal que recubre la córnea y la conjuntiva. ASí, se produce una mayor evaporación de la superficie ocular, causando lo que llamamos síndrome de ojo seco.
Por lo tanto, podemos decir que el uso de la mascarilla altera las condiciones ambientales y dar lugar a un cambio en las estructuras más superficiales de nuestros ojos.
¿Qué medidas preventivas debemos tener en cuenta para cuidar nuestros ojos con el uso de la mascarilla?
Como te comentábamos anteriormente, los principales factores a tener en cuenta son la humedad y la temperatura del ambiente.
Te preguntarás, ¿cómo podemos proteger nuestros ojos si tenemos que hacer un uso prácticamente diario de la mascarilla? Aquí van unos consejos:
- Aunque dentro de casa o en el trabajo no vamos con mascarilla, es importante tener un control de la temperatura y la humedad. Mantenerlas en niveles de confort si queremos prevenir posibles alteraciones en la superficie ocular.
- Los expertos recomiendan que las condiciones interiores en invierno se situarán entre 21º-23º C y un 40-50% de humedad relativa. Mientras que en verano, la temperatura se situará entre el 23-25º C y la humedad relativa entre 45-60%.
- Como profesionales de la visión, recomendamos el uso de lágrima artificial para lubricar y restablecer el equilibrio de la película lagrimal.
- Siempre bajo la supervisión de tu optometrista, quien valorará los diferentes aspectos de tu lágrima y te asesorará cuál es la mejor lágrima artificial para tus ojos (igual que hay diferentes champús para diferentes tipos de cabello o diferentes cremas hidratantes para diferentes tipos de piel, con la lágrima pasa lo mismo).
- La lágrima artificial te ayudará a hidratar, humidificar y mantener estas condiciones con el paso de las horas.
¿Cómo te podemos ayudar?
Si tienes cualquier preocupación al respecto, pídenos una visita para hacerte una revisión de la vista (de la manera que te resulte más práctica):
- nos puedes llamar al 972 82 67 13
- enviarnos un Whatsapp al 602 252 564
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